viernes, 5 de agosto de 2011

EL DIARIO DE LOLA de Gloria Llopiz

EL DIARIO DE LOLA

“Ya no podré vivir sin ti. Sin recorrer con mis dedos tu espalda, sin navegar los surcos que separan músculos y tendones, sin lamer la cima de tus vertebras. Sin viajar con mi lengua las islas de tus tatuajes.
Ya no podré vivir sin ti. Lo supe desde el primer momento en que te vi. Entraste a ese bar con la arrogancia de tus ojos de miel, tan bello con esa cicatriz que cruza tu ceja derecha y marca un camino ancho entre el parpado y la frente, el ceño fruncido, las manos enormes, la camiseta estrecha insinuando pectorales, abdominales, pura vida…
Desde ese momento amé hasta los huecos en donde bailan tus piercings. Ya no podré vivir sin ti. Dibujo mi boca con carmín que sangra y que brilla. Caliento el cuerpo con un trago de Jack sin hielo. Me miro y me mido en un espejo que exagera. Preparo delicadamente una raya sobre el lavamanos. La acaricio y, cuando le he tomado suficiente cariño, la esnifo. Y salgo a caminar por la acera que está tan vacía como mi cabeza.”

Presentación

"En este verano en Lloret de Mar todo sucede para mí con la misma prisa con que comes una hamburguesa. Mi madre se ha ido a trabajar a País Vasco con su novio y yo estoy sola en casa. Bueno, sola es una manera de decir, sabes lo que te digo…
Yo bebo tequila y fumo chocolate. Duermo de 12 a 6. A veces me cruzo a la playa me echo y sigo durmiendo. No paro a mirar el color del cielo o del mar desde hace 23 días. Así soy yo, un animal muy raro. ¿No te jode? Coño que se me da muy bien la vida de la noche. Te prometo, no estoy todo el día colocada… ¡también duermo y trabajo, niña! Curro, niña, hago mucho bote. Hago más bote que las pavas que están conmigo en la barra. Y eso que ellas hablan idiomas. Anda, tía, que ellas son guiris y los guiris hablan idiomas para entenderse entre ellos. ¡Joder! En cambio, yo solo he aprendido algunos precios en inglés. A todo guiri que se precie de beber en mi barra le diré:
—Fistin, plissss!!
Me lo enseñó la Katy. Esa tía es tope guay. Es inglesa la chavala con esas enormes tetas blancas que tienen las inglesas. ¡ Jooooo! ¡Que tienen tetas esas tías! La Katy viene cada verano a Lloret y trabaja como camarera o propaganda. La conocí una noche en el XTRA. A mí me apetece la música electrónica y pinchaba el novio de la Sally. La Sally es mi mejor colega. La Sally es holandesa pero su padre es catalán. Fuimos juntas al Instituto. Ella es como de mi familia. Mi madre se enfadaba mucho cuando salíamos diciendo que íbamos al colegio y cogíamos un bus para pasar el día en Blanes. Nos descojonábamos con la Sally. Robábamos plátanos en el mercado que está frente al Inem y nos largábamos a fumar porro a la playa del centro.
Bueno, resultó que al llegar el verano conocimos a la Katy en el XTRA y las tres nos volvimos inseparables. La Katy vino un día y dijo que en TROPIC buscaban chicas y allí fuimos. A la discoteca más pija de Lloret. Nos entrevistó un argentino buenorro que era quien seleccionaba a los trabajadores. Llegamos a las tres de la tarde con una calor de la hostia. El tenía unas gafas Ray Band que nunca se quitó. Muy chulillo nos miraba sentado en un sofá blanco. Hay que decir la verdad, tía, el chaval está que te cagas. Con sus Dolce Gabanna caídos en las caderas dejando ver la cintura de su bóxer Calvin Klein, la piel morena de tanto kayak. Hablaba con la Katy en inglés. Cuando tocó mi turno, él preguntó que idiomas hablo. Entonces, la Katy, que es una amiga de puta madre, le dijo en su malísimo castellano:
—Ella no entiende hablar inglés, pero, ¡Atention guy! ¡Mira qué guapa está!
El tío sonrió y nos cogió a las tres.

Capítulo 1

Salimos de la disco a las seis. Plegamos a las cinco, pero debemos limpiar la barra y reponer el licor. El manager pasa por cada barra y, mientras hace la caja, nos comenta como fue nuestra noche de curro. Nos corrige errores o nos soba el lomo, según cuanta pasta encuentre dentro de la caja.
Aunque la disco está de gente que te cagas, cada noche no todas trabajamos igual. Depende de cada chica, claro. Tú sabes: si les sonríes, les pones más gin en su cubata, roneas un poco, los tíos siempre vuelven a tu barra. Son tan fáciles de calentar los chavales. En el piso superior de la disco están los managers mirando en monitores lo que sucede en las salas. Hay cámaras por todo lados, excepto en los baños. No son para observar a los clientes. Son para controlar a los trabajadores.
¡Pero, coño! Es que este lugar es una fábrica de hacer dinero. La gente viene a beber, a ligar y, por último, a bailar. Cada noche puedes ligar con más de uno. Es que los chavales están de vacaciones y eso significa fiesta muy loca. Beber, colocarse, y tener el mayor sexo posible en diez días. La gente folla en los baños de los pubs, en el taxi, en la acera, en la playa y, pues claro, también en el hotel. La gente liga tanto que, a veces, no sabe ni el nombre de la tía o el tío con quien se despiertan. Los guiris están tan buenos que te cagas. Anoche me tiré a un inglés enorme, muy cachas. Estuvo bebiendo en mi barra con su peña. Y que “my darling, my love”, y dale que te pego hasta que me recogió a la salida del TROPIC.
Lo lleve a la playa y le dije:
—Ven, tronco, hoy vas a hacer degustación del producto nacional.
No creo que haya entendido naa de naa pero que fue feliz, te lo prometo, tía.

Capítulo 2

Hoy la Sally vino con prisa a buscarme a mi barra porque iríamos juntas al after del Nirvana. A las seis ya estábamos fuera de la disco y caminando hacia el paseo marítimo. En el Nirvana la novia del hermano de la Sally (la Ivanka) hace un show cada miércoles. La Ivanka es rusa y stripper. La Sally es su ayudanta, colabora en la preparación del cuerpo con aceite y le alcanza accesorios y las plumas. Le paga 20 € y además puede beber lo que le apetezca. Demás esta decir que los miércoles salimos del Nirvana con el pedo más fuerte de toda la semana.
Esta noche estuvo más salida que nunca la pava, la Ivanka, digo. Hizo el show en plan zorra, zorra. Ella es muy profesional, trabaja en esto durante todo el año. Claro que su baile depende de con que se coloca. Los tíos mueren por sus huesos. Es tan alta la tía y tiene unos muslos larguísimos que terminan en un culo en forma de pera. Una pera tersa, firme. Una pasada la Ivanka, es perfecta. Cada vez que veo su baile, ella con su piel toda brillosa moviendo la cintura, separando levemente las rodillas, meneando los hombros, rosándose los pezones, mostrando su espalda, entrecerrando los ojos, entreabriendo la boca, apoyando el pulgar sobre sus labios mmmmm… ¡¡me pongo!! Y mira que a mí las tías no me ponen para nada, jooooder!
Cuando terminó el show me acerqué a la barra pequeña y el alemán me invitó un tequila dorado. Ahí nomás su colega me invitó con el segundo. Entonces vino la Kelly con que quería comprar éxtasis para su amigo de esta semana, un italiano mas pesao. Él le regaló a la Kelly una camiseta que dice: I WILL WAIT YOU IN THE END OF THE WORLD y la pava se enamoró. De repente se murió de amor por el pavo ese. Estas inglesas sienten frío en el corazón por el clima de la hostia que padecen. En cuanto llega un maromo de estos a calentarle la oreja ellas caen como moscas. ¿Sabes lo que te digo?
La cuestión es que miré un poco por si había algún camello conocido y al único que encontré fue a un morito que alguna vez me vendió maría. El moro es pequeño y feo. Tiene un lunar con pelos en la frente. ¡Ostras que es feo el pringao! Me acerqué y le pregunté. Me dijo que le diese 20€, que iba por las pastillas y volvería en quince minutos. Podía pasar que el guarro del moro se pire con la pasta pero pensando “es lo que hay“. Le di un billete y ¡hala!
El amigo del alemán se sentó a mi lado y hablaba mucho. Yo no le entendía nada. Creo que es belga. A mí no me importaba nada, ¿sabes lo que te digo? Yo no lo quería para hacerle un reportaje. El guiri está más bueno que el pan y además pagaba todos los tragos. Así que empezamos el jueguito del ligue. Que te tomo la mano, que te roso el hombro, que te miro a los ojos. Yo había bebido demasiado y se cerraban mis ojos. Entonces el David, el belga, me invitó a pasar al servicio. Y fui porque o me iba a casa a dormir o me metía una raya.
Cuando regresamos del baño, caí en la cuenta que teníamos una hora de esperar al moro de los cojones y sin noticias. La Kelly se estaba poniendo nerviosa. El italianito quería ir con ella al hotel y ella quería llevar su regalito. Un chupito más tarde y llegó el moro de la hostia con el encargo. Le di cuatro pastillas a la Sally me quedé con dos para mí y salimos a la calle. Ella con el italiano y yo con el belga. Afuera ya calentaba el sol de las narices y molestaba en la cara.

Capítulo 3

Ay chica, debemos vernos, tengo algo pa contarte…es bueno, tía, es algo muy bueno ¡de la hostia! Anoche, luego que te deje a ti en el XTRA , pasé por AZTEK a beber la última. ¡Ay, tía, que guay! Vale, vale, vale, escucha: estaba yo sentadita en la barra, más tranquila que princesa en un bautizo, cuando, en ese momento, entró en el garito un chaval que de verlo me temblaron las piernas. Me subió una cosa por el pecho. ¡Que tío más guapo! Sus tejanos gastados marcando glúteos, cuádriceps. Su camiseta blanca ceñida a los pectorales. ¡Que tío coño, que tío! Claro que lo miré. No pude hacer otra cosa en los siguientes minutos, ¿sabes? Tiene una cicatriz en la ceja y al ladito un piercing. El se mostraba muy serio hasta que se sentó a mi vera y me invitó con un JAGÜERMEISTER. Entonces me dijo riendo:
—Chica, a mí me llaman Xavi. ¿Y a ti? No, no me lo digas, ya lo sé. A ti te llaman tía buena.
¿No es divertido el pibón? Hablamos sin parar de chorradas. Me contó que es de Vidreres y que vive con sus padres, pero que está allí muy poco por trabajo. Mira a los ojos muy profundo, muy fuerte, y sonríe con sus ojitos miel. Tan chulo, guapa. Cuando él sonríe, sonríe toda su cara y la cicatriz se le vuelve casi tierna. Tiene gestos que molan mogollón. Pasa la mano por el costado de su cabeza y hace un movimiento muy viril. Luego echa una calada profunda frunce el ceño en plan galán de cine. El Xavi esta tan bueno que no puedo respirar desde el momento en que lo vi.

Capítulo 4

El Xavi pasó por la casa a recogerme. Estaba inquieto, algo excitado. Picó en mi puerta con insistencia. Yo estaba con la toalla atada al cuerpo. Aún debía secarme el pelo y vestirme. Desde la ventana le grité que espere pero, él, dale que te pego con el timbre. Porque al Xavi se le da muy bien ponerse en cabrón. A veces es tan majete y otras tan cabrón. Pasamos por la casa de su madre. Estaban las luces apagadas. No había un alma allí. Aparcó y me ordenó que baje del coche. Entramos a su habitación y me quitó la ropa, ansioso. Recién en ese momento me sonrió. Lamió mis morros. Me dijo que huelo bien y que estoy muy guapa. Me quitó la camiseta, el sujetador. Me recordó cuanto le gusto, cuanto me necesita. Yo me deje estar entre sus piernas. Recorrí cada centímetro de su pubis con mi boca. Luego, él se deslizó hasta entrar con deseo, ansiedad y desesperación. La marea subió hasta dejarnos relajados y húmedos. Luego desató sus brazos de mi cuerpo. Se sentó al borde la cama y, mientras liaba un porro, me dijo:
—Mi niña, esta noche tú vas a darme una prueba de amor.
Nos vestimos y volvimos al coche. El condujo hasta salir del pueblo y tomó la carretera hacia Girona. Cuando debía desviarse y coger la N-11 continuó por la C-63 rumbo a Santa Coloma de Farners. Unos diez kilómetros antes de llegar a Santa Coloma, a la izquierda de la carretera se veían las luces de una gasolinera. Entonces el Xavi me dijo:
—Tú mi niña, haz lo que yo te diga y tranqui, veras que será rápido y fácil.

Capítulo 5

Mientras el Xavi cargaba gasolina yo entré a la tienda. Se podía ver a un chavalito detrás de la caja y ni un alma más. El Xavi dijo que debíamos esperar unos minutos para ver si el dependiente estaba solo. Me aseguró que lo venía observando durante casi un mes. Había comprobado que trabajaba solo los martes y miércoles después de las diez. Yo caminé entre las góndolas. Cogí un par de chocolatinas y una botella de agua mineral. Cuando el Xavi atravesó la puerta, le dijo al chico, con aire de maleante profesional:
—Esto es un asalto. Venga, abre la caja —mientras lo apuntaba con una pistola.
Tal, como lo habíamos planeado, yo me cubrí la boca con una bandana y pasé detrás del mostrador. El chavalillo tenía una cara que daba hasta ternura. Quieto y mudo, como una estatua, por el efecto del shock. Cogí todo los billetes que había dentro de la caja. Mi chico le ordenó que me entregue el resto del cambio. El mozo, temblando torpemente, buscó una cajita de metal debajo del escaparate y me la dio en las manos. Entonces fue cuando el Xavi me dijo:
—Vamos, mi niña, sal que tenemos prisa. —Y siguió apuntándole al chiquillo hasta que salí del local casi corriendo y me monté al coche.
Detrás de mi llegó el Xavi, lo puso en marcha y salimos como locos por esos caminos de Dios. Después de conducir durante 20 minutos a toda mecha se desvió por un camino secundario. Detuvo el coche, apagó las luces y dijo, mientras sonreía, levantando el puño en alto:
—¡Esa es mi niña, cojones! —Me abrazo contra su pecho—. Tú eres mi mejor colega.

Capítulo FINAL

Llueve y llueve. No hay día que no caiga esta puta lluvia. No es una lluvia que moje, pero humedece tu piel y quita tus ganas. Hace un rato salí a caminar pero hace un frío de la hostia. La chaqueta que me dejó la Sally me cubre parte del cuerpo pero no puede darme calor en el alma. Quiero morir ahora mismo, tía, pero no…a las 3 tengo una clase de conversación.
Pienso que en mi vida todo sucede más de prisa que en la vida de otras gentes.¡ Joder! Hace nada estaba fumando un piti con mi churri en Girona. Hace nada hacíamos planes juntos.

Los ingleses son majos, siempre sonríen y te ofrecen ayuda. No son guapos pero son divertidos. En la escuela hay jóvenes de todo el mundo. Hay gente de países que yo no sabía que existían. Coño… que es grande este mundo.
Hay días en que estoy muy triste y otros en que pienso en él y en nuestros días felices. Yo no sabía qué era eso del amor antes de conocerlo. El Xavi prometió llevarme de fiesta a Madrid por unos días. El dijo que seríamos felices con toda la pasta que él ganaría en un pasamano. Que se forraría en un plis plas. El soñó con hacerme el amor en una playa de las Maldivas. Ahí mismo donde los paparazzi pillaron al Barden con la Penélope Cruz.

Mi madre me llama cada día y me pregunta como estoy.
—Que estoy bien, mamá, que no te preocupes. Que sí, que estudio, mamá, que si no estudio no puedo hablar con nadie.
¿Como coño voy a comprar tabaco o beber una cañita? Fue muy lista mi madre al apuntarme y enviarme aquí.

Cuando mi madre volvió de País Vasco yo pasaba todo el tiempo con el Xavi. Si no estaba con él, estaba hablando por teléfono con él o esperando que él venga a recogerme. Mi madre se preocupó diciendo que me encontraba muy delgada y demasiado pálida para haber pasado un verano en la playa.

—Que no me molestes, mamá, que no me comas el coco. ¡He currado 2 meses sin fiesta!

Ella no dejó de preocuparse y lo hizo más cuando conoció a mi chico. Me miró y me dijo:
—¡Tamaño freakie!
Ella ya tenía una idea de cómo estaba el patio.

Todo se precipitó de repente. El Xavi debía pillar el género en Barcelona. Primero lo citaron en la Estació França pero luego el contacto telefoneó diciendo que sería en el Aeropuerto del Prat. En el plan inicial, yo lo acompañaría. El Xavi quería que yo aprendiera el mecanismo. Dijo que si hacíamos la faena los dos, reuniríamos el dinero más rápido.
Yo le dije a mi niño que no me gustaba el tío de la Honda. Su miraba turbia y su andar chulesco con esa chaqueta larga de piel. El Xavi dijo que el tío de la Honda era el moro más listo que había conocido, que tenía el respeto de todos los camellos. Que había traído, sólo, por sus cojones, 5 kilos desde Bolivia, ocultos dentro de unos equipos para dentista.

El día del business me levanté temprano y me puse muy guapa. Si íbamos a Barcelona yo quería estar divina de la muerte. Esperé una llamada de mi niño o un mensaje pero, nada. A partir de las 11 comencé a llamarlo pero él no cogía el teléfono. ¡¿No te jode?! ¿Se habría ido sin mí?
Pensé que los jefes habrían cambiado los planes y traté de tranquilizarme, aunque estaba más y más inquieta a medida que pasaban los minutos. Por fin llamé a la Sally y le pedí encontrarnos frente a la Iglesia. Yo temía que hubiera sucedido algo chungo.

A la noche recibí un llamado de un abogado de oficio de Barcelona. Me informó que el Xavi había sido pillado en Las Ramblas por dos polis de narcóticos con una maleta que tenía 3 kg de cocaína de máxima pureza. Que estaba en los juzgados y que, en cuanto lo trasladaran podría verlo, pero que no sería antes de 15 días por la burocracia y el papeleo. Llorando y chillando le pregunté qué pasaría con él. Me dijo que le caerían más de 7 años. ¡Imagina como se te queda el cuerpo!

A la semana siguiente yo ya estaba sobre un avión de Ryanair, Girona-Londres (Luton).
Le prometí a mi madre que no volveré a España en los próximos 6 meses en que estudiaré inglés. Luego Dios dirá.

Xavi, ¡me cago en tu alma!

Autor : Gloria Llopiz

No hay comentarios: